¿Cómo deben actuar los industriales ante el nuevo gobierno?

Los nuevos aranceles de Estados Unidos al acero y al aluminio, la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la diversificación de los mercados de exportación, así como el desarrollo de proveedores y las compras de gobierno son parte de la agenda de temas que el sector industrial tendrá que impulsar con el candidato que resulte electo presidente de México el próximo 1 de julio.

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Esta responsabilidad recaerá principalmente en la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) —el organismo cúpula del sector industrial en el país—, que aglutina a 46 cámaras nacionales, 14 cámaras regionales, tres cámaras genéricas y 46 asociaciones de los distintos sectores productivos que existen en el país, tales como textil, vestido, calzado, cuero, papel, alimentos, minería, acero y maquila, entre otros.

Mario Hernández, socio líder de la industria manufacturera y maquiladora de exportación de la empresa de consultoría empresarial KPMG, estima que en general las cámaras, consejos y asociaciones industriales han sido eficientes para impulsar las iniciativas o políticas públicas que son de su interés, como quedó plasmado en las reformas estructurales de la administración saliente  del presidente Enrique Peña Nieto en materia energética, educativa y de telecomunicaciones.

Hace unas semanas, en su toma de protesta, el recién llegado presidente de Concamin, Francisco Cervantes, aseguró que el sector defenderá las reformas estructurales impulsadas en este gobierno. Lo anterior, en referencia a que el candidato puntero en las encuestas de intención de voto —el izquierdista Andrés Manuel López Obrador— ha manifestado su intención de derogar la reforma educativa y de revisar los contratos derivados de las rondas petroleras.

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A este respecto, Mario Hernández considera necesario que el sector industrial cierre filas y que recopile la información necesaria para mostrar con datos objetivos a la siguiente administración, los efectos que pudiera tener para la competitividad de las empresas mexicanas la cancelación o la modificación en lo sustantivo de las reformas estructurales, pero también de otros asuntos de interés como la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

El experto hace ver que todavía es prematuro formular escenarios sobre lo que cualquiera de los cuatro candidatos presidenciales pudiera conservar o cambiar de las reformas estructurales o de la política económica en general. Asimismo, el nuevo presiente no podrá tomar decisiones unilaterales, debido al sistema de división de poderes.

Sin embargo, los industriales pueden apoyarse en Concamin y las demás cámaras sectoriales para hacer labor de cabildeo. “Se puede hablar de las empresas que resultaron afectadas por la reforma fiscal de Estados Unidos. O también de los efectos de la negociación del TLCAN o de hechos que se han derivado por ejemplo de los aranceles que acaba de imponer Estados Unidos (al acero y al aluminio)”, dice en entrevista el experto, quien insiste en la importancia de que los industriales recopilen “datos duros”.

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Como un anticipo de qué tipo de argumentos tienen que dar los industriales a la nueva administración, los empresarios del sector de hidrocarburos han manifestado su disponibilidad para revisar los contratos petroleros, pero bajo ciertas condiciones.

Alberto de la Fuente, director de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi), dijo en mayo pasado a la prensa que, si este fuera el caso, que las aclaraciones o comentarios sobre los contratos se hagan rápido, para evitar retrasos en las inversiones, que a la fecha se estiman en 175,000 millones de dólares (mdd) comprometidos.

En este sentido, la coordinación del sector industrial es básica, sobre todo si se toma en cuenta que los organismos empresariales no son homogéneos.

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Enrique Dussel Peters, investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y director del Centro de Estudios China-México, refiriere en entrevista que no todas las cámaras y asociaciones tienen recursos económicos para hacer análisis o investigaciones de asuntos que les afectan, de ahí la importancia de que cooperen entre sí y compartan información.

Mario Hernández hizo ver que en el contexto de esta heterogeneidad —entre agrupaciones empresariales con perfil exportador y las que se enfocan el mercado interno o bien las que representan a las grandes compañías manufactureras y energéticas y las que aglutinan a las compañías de tamaño pequeño y mediano— ha faltado cohesión para impulsar temas de interés común.

“Por ejemplo el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (INDEX) usualmente se maneja solo, separado por ejemplo de Canacintra o del Consejo coordinador Empresarial (CCE) o de otras industrias que pudieran tener intereses en común”, comenta el experto.

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En este contexto, los especialistas consultados dijeron que en la relación del sector privado con el nuevo gobierno, los industriales tendrán que promover vínculos de cooperación con los tres Poderes de la Unión en aras de impulsar la competitividad del sector y de elaborar un plan de desarrollo que involucre el punto de vista de la inversión privada.