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Chiles en nogada ¿congelados?

Las claves detrás de este platillo mexicano, ahora industrializado.
jue 14 septiembre 2017 10:45 AM
chiles en nogada
chiles en nogada - (Foto: Shutterstock)

Si existe un platillo embajador de la comida mexicana es el de chiles en nogada. La mezcla de sabores y cantidad de ingredientes lo hacen un platillo difícil de preparar, pero Dysal -una empresa mexicana de alimentos procesados- tuvo la idea de cocinarlos, congelarlos y llevarlos a los supermercados.

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El tradicional chile en nogada —como el que las monjas agustinas del convento de Santa Mónica prepararon al emperador Agustín de Iturbide para celebrar la firma de la independencia de México— tiene ingredientes como carne, huevo (para el capeado) y la salsa negada, que se hace con crema ácida, almendras y nueces de castilla. 

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Además, el platillo debe decorarse con granada y hojas de perejil, que junto con el blanco de la salsa, emulan los tres colores del entonces Ejército Trigarante.

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En promedio este platillo cuenta con 505 calorías y solo es posible comerlo entre julio y septiembre por la temporalidad de los ingredientes. El congelado de Dysal —que lleva casi todos los mismos ingredientes— está disponible en el mismo periodo y contiene 440 calorías. 

La diferencia sustancial es el glutamato de sodio, benzoato de sodio y sorbato de potasio que se añaden como conservadores.

Platillos sin fronteras

Dysal, que no estuvo disponible para realizar este artículo, ofrece una serie de productos diseñados para el cliente final, es decir, que solo necesitan calentarse y servirse.

Esta línea tiene 16 productos distintos, entre ellos chicharrón guisado en salsa, picadillo, pollo con mole y rajas con crema, además de chile en nogada. 

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La empresa se constituyó en 1995 y comenzó a elaborar productos específicos para sus clientes, entre ellos paella o bacalao a la vizcaína. Pero fue hasta 2003 que Dysal instaló su plata en Huixquilucan, Estado de México, misma que tiene la certificación TIF que otorga la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

La compañía también tiene el certificado de registro que emite la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) a las empresas que comercializan alimentos en aquel país.

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Información disponible en su sitio de Internet indica que los productos de Dylsa se venden mayoritariamente en México y en Texas, la única ciudad extranjera a donde han llegado sus platillos.

Nutritivo panorama

La demanda por comida congelada gana terreno en varios puntos del planeta. Se estima que nueve de cada 10 hogares con un refrigerador en casa adquiere al menos un alimento congelado a la semana, según un estudio realizado por Master Research, una empresa dedicada al análisis de consumo.

A nivel internacional, la Organización Mundial de Comercio (OMC) ha ayudado a crear oportunidades para el mercado de la comida procesada y, en específico, de la comida congelada, al reducir las barreras arancelarias y el fomento de medidas de subvención para la exportación de estos productos.

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En México la tasa de crecimiento de este segmento fue de 2.5% en 2016 y se estima que se mantenga así durante los siguientes cuatro años, según indica el estudio Industria de Alimentos Congelados en México: Análisis de Crecimiento, Tendencias y Progreso (2017-2022), elaborado por Mordor Intelligence.

Tan solo ese año se reportaron ventas por 504 millones 395,000 dólares, que equivalen a 8,574 millones de pesos (mdp), aproximadamente, refiere el mismo estudio.

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Alimentos orgánicos
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