Te presentamos a una pyme industrial con alas
Nota del editor: El artículo completo lo podrás consultar en la edición 251 de la revista Manufactura, correspondiente a noviembre de 2016.
En Tamto la actividad cotidiana suena a altos decibeles y hace sentir el ambiente de una planta metalmecánica. Decenas de hombres operan máquinas de corte que dan forma a diversas piezas metálicas.
Jaime Hugo Torres, fundador de esta empresa, toma una cuchilla, que mide más de 20 centímetros y pesa poco más de un kilo, y la muestra. “Es nuestro producto estrella”, presume.
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Son cuchillas para tijeras hidráulicas que la empresa le provee en Estados Unidos a Hurst, un productor de autopartes y herramientas de rescate. Jaime Torres afirma que es el producto insignia de Tamto porque representa la incursión de esta pyme, oriunda de Puebla, en el mercado de exportación.
Industrial Tamto ganó el contrato hace tres años, cuando Hurst buscaba a un nuevo proveedor de cuchillas.
Hoy en día estas cuchillas representan una quinta parte de la producción total de esta empresa industrial, que emplea a 130 personas en un complejo de 2,000 metros cuadrados. Por estas características se le considera parte del segmento de las pequeñas y medianas empresas (pyme) de México.
Golpe de timón
Jaime Hugo Torres, un hombre enjuto, de avanzada edad, ha mirado el florecimiento de su compañía en poco más de tres décadas. La historia pudo ser distinta, cuando, en 1982 —fecha en la que se fundó—, la empresa perdió a sus principales clientes, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex), y navegó a la deriva, endeudada por las compras de máquinas que había hecho meses antes.
En 1994, con el inicio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Tamto compitió con productores que ofrecían precios más bajos, lo que la obligó a buscar eficiencias operativas.
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Al final lo consiguió y vinieron años mejores. La pyme poblana concretó negocios con clientes internacionales, como SKF, un fabricante sueco de rodamientos y sistemas de lubricación que surte, a su vez, a la planta de Volkswagen de Puebla.
Gracias a eso, la empresa por fin había incursionado en el sector automotriz como un proveedor Tier 2.
Luego vino el negocio con Hurst y, de esta forma, Tamto se puso en posición de crecer en un mayor número de industrias.
Este es el punto de inflexión que cambió la historia de la compañía, admite Daniel Jiménez, gerente de Ventas y Proyectos de la compañía, pues el contrato que la pyme ganó con la firma norteamericana fue, en realidad, el resultado de haber implantado un sistema de producción robusto, sustentado en la mejora continua, pero con un claro enfoque al desarrollo del personal.
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