Ford reducirá demanda de proveeduría
La cancelación de la planta de Ford en San Luis Potosí también frenará la llegada a México de nuevos proveedores y reducirá el monto proyectado por la estadounidense para aumentar la compra de partes y componentes a los proveedores ya establecidos en el país.
Según Armando Bravo, director del Centro de Desarrollo de la Industria Automotriz en México (CeDIAM), por cada nueva planta armadora que se instala en el país llegan entre 10 y 30 proveedores Tier 1 —que trabajan directamente con las armadoras— en los siguientes dos años. Las inversiones de cada uno oscilan entre 100,000 y 150,000 dólares.
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En el caso de la planta de Ford, la desarrolladora de parques industriales Lintel esperaba la llegada de cinco nuevos proveedores, que iban a sumarse a la base de 400 que ya abastecen las plantas de esa compañía en Hermosillo y Cuautitlán.
Según Lintel, al menos cinco fabricantes de autopartes se acercaron a la desarrolladora del parque industrial para cotizar terrenos dónde instalar nuevas plantas, a partir de las cuales abastecer al complejo que la armadora estadounidense iba a construir en San Luis Potosí.
Proveedores nacionales y extranjeros
Ford anunció en los últimos tres años inversiones por 3.5 millones de dólares (mdd) para aumentar su capacidad instalada en el país: hacia 2020 iba a producir 400,000 autos adicionales a los 490,000 actuales, además de 1.2 millones de motores y 800,000 transmisiones.
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Esta mayor producción iba a significar más demanda de componentes, por lo que la filial mexicana calculaba incrementar en 1,500 mdd las compras a proveedores en el país hacia 2019, al pasar de 14,500 mdd a 16,000 mdd.
Entre los proveedores de Ford en México se encuentran Faurecia, fabricante de asientos, escapes e interiores; Benteler, de tubos de escape; Flex-N-Gate, que produce estampados, fascias, defensas y paneles de plástico; e IAC, proveedor de válvulas.
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La armadora estadounidense también compra componentes a las firmas mexicanas Nemak, Metalsa, Vitro y Bocar.
En promedio los modelos que Ford produce en México —Fusion, MKZ y Fiesta— tienen un nivel de integración de 45% y 50% de partes y componentes nacionales.
Rassini, a salvo
Por lo pronto, Rassini —empresa mexicana de autopartes— manifestó hace unos días que la cancelación del proyecto de Ford en San Luis Potosí no iba a representar ningún daño económico para sus negocios, ya que si bien provee de diversos productos a la armadora estadounidense, no contaba con ningún contrato para la planta que finalmente fracasó.
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“Rassini mantiene una relación de negocios de muchos años con Ford y más allá de instalaciones específicas, los contratos de Rassini con sus socios comerciales son designados al abastecimiento de plataformas automotrices desarrolladas por la armadora y por la vida de la misma”, indicó la autopartista en un comunicado.
En diciembre pasado, la compañía ganó un nuevo contrato con Ford para la producción de discos para frenos en sus instalaciones en Michigan.
La producción de los discos está destinada a la sexta generación del Ford Mustang. La firma mexicana no reveló el monto del acuerdo.
