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Salmón transgénico, contra la corriente en EU y Europa

Fue autorizado para consumo, pero su camino no termina allí.
lun 30 noviembre 2015 08:52 AM
salmon_pesca
salmon_pesca - (Foto: Reuters/Archivo)

El salmón transgénico, legalizado hace algunos días en Estados Unidos para el consumo humano, tendrá que poner mucho esfuerzo para llegar a los platos, ya que ha despertado un recelo en los mercados nacional y europeo.

A pesar de la reciente autorización de la agencia estadounidense de alimentos y medicamentos, el salmón de la empresa AquaBounty ha vuelto a enfrentar a los defensores y detractores de los organismos modificados genéticamente (OMG).

El primer animal transgénico se sirve de una mayor producción de hormona de crecimiento como resultado de un gen importado de otra especie de pescado para crecer en menos tiempo del que necesitaría de forma natural.

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Nota: EU aprueba salmón transgénico para consumo

El especialista en Pesca de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Devin Bartley, afirmó que se trata de "un paso adelante".

Subrayó que se requieren "alternativas creativas, socialmente aceptables, inocuas y respetuosas con el ambiente" para atender la demanda de pescado de una población mundial en aumento y, en este sentido, la ingeniería genética es una "opción real".

Recordó que este nuevo salmón ha pasado por numerosos controles que garantizan su consumo y que, aunque las autoridades han exigido que se críe en instalaciones terrestres y no en el océano para evitar fugas, los riesgos ambientales también existen en cualquier tipo de granja o sistema de cultivo.

"En la FAO no miramos específicamente a la tecnología con la que se produce un organismo, sino a los cambios que la tecnología genera en los organismos porque se puede crear un animal muy peligroso a través del mejoramiento genético tradicional o un animal muy seguro mediante ingeniería genética", asegura Bartley.

Frente a la comunidad científica, que aboga por seguir investigando y producir alimentos de modo más eficiente y con menos recursos, otros sectores no lo tienen tan claro y pronto han aparecido las presiones para que ese pescado no se comercialice.

Supermercados y cadenas de distribución de EU ya han manifestado su intención de no vender por ahora lo que los críticos han bautizado como 'Frankenfish'.

Nota: Empresarios y expertos crean Alianza Pro Transgénicos

Europa, una posible barrera

Al otro lado del océano Atlántico el proceso está mucho más lejanao. Como explica el investigador del Consejo italiano de Investigaciones Roberto Defez, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria no permite el comercio de animales transgénicos en la Unión Europea (UE).

"Existe un proceso larguísimo para su autorización en Europa y, aunque llegara, luego está la elección de las grandes cadenas de distribución y supermercados, que normalmente no quieren vender productos etiquetados como OMG", apuntó Defez.

En la UE sólo se cultiva un tipo de maíz transgénico, de la multinacional Monsanto, mientras que se importan 58 organismos genéticamente modificados, sobre todo alimento para el ganado.

Actualmente 19 de estos países han notificado su intención de prohibir el cultivo de esas variedades en su territorio.

Mientras, una propuesta de la Comisión Europea pretende dar más libertad a los Estados para vetar importaciones de alimentos o piensos transgénicos, a lo que el Parlamento Europeo se opone por las posibles distorsiones en el mercado interno.

Defez llama a reconocer abiertamente que en el continente muchos productos típicos de calidad derivan de animales nutridos con OMG y hay materiales sanitarios que se producen con algodón transgénico.

En Italia, uno de los países contrarios al cultivo de transgénicos, no acaban de ver algunos beneficios atribuidos a la ingeniería genética, como la protección de la biodiversidad o la reducción de la dependencia de los pesticidas.

Stefano Magini, responsable de medioambiente de la asociación Coldiretti, consideró que después de muchos años los OMG siguen siendo percibidos como un riesgo "en términos de calidad" y están alejados de la "identidad" de la agricultura tradicional del país.

"El riesgo cero de los OMG no existe, son organismos modificados que no podemos controlar y que no siguen las reglas de los organismos naturales", dijo Federica Ferrario, de Greenpeace Italia.

La activista reclama el etiquetado especial de los productos transgénicos (algo que en general es obligatorio en la UE, pero no en EU) por un "mínimo de transparencia e información al consumidor".

La agencia estadounidense no lo considera necesario en el caso del nuevo salmón al no ver diferencias biológicas relevantes entre el de AquaBounty y los otros.

Donde unos exigen conocer el tipo de tecnología empleada, otros creen discriminatorio hacerlo sólo con los transgénicos cuando lo importante es conocer el "resultado final". Sea como sea, antes de que el salmón llegue a la mesa, el debate está servido.

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