México, potencial mercado para aviones Cirrus
México es un buen mercado para Cirrus, el fabricante de aviones que revolucionó la seguridad de aeronaves de pasajeros particulares al equiparlos con paracaídas, lo que permite que tengan una baja tasa de muertes en accidentes.
A partir de 2015, la empresas fundada hace 23 años por los hermanos Dale Alan Klapmeier y propiedad ahora de un consorcio chino, volverá a revolucionar la industria con la producción de un jet de un solo motor de propulsión.
La empresa ya tiene comprometidos en venta más de medio centenar de este nuevo jet, aún antes de iniciar su producción.
Todo lo que resta ahora es esperar la aprobación de los reguladores federales certificando las capacidades y seguridades de esta nueva aeronave con capacidad para transportar a cinco personas, un radio de vuelo de dos mil 700 kilómetros sin escala para recargar combustible y un costo de dos millones de dólares.
La factura supera por mucho el techo de 300 mil dólares que alcanza su popular monomotor de pistones SR20.
Pero por ese precio una persona puede volar desde el puerto de Duluth, en Minnesota, donde se ubican las oficinas centrales de la compañía, cerca de la frontera con Canadá, hasta Denver, en Colorado en apenas siete horas.
El vicepresidente de Administración de Cirrus, Bill King, enfatizó que “la gente confía tanto en nuestros productos que tenemos ya 60 órdenes de compra comprometidas para el jet, antes de que el primero salga de la línea de producción”.
“Nuestra expectativa es poder entregar nuestros primeros jets a finales de este año”, explicó King en entrevista, tras expresar su confianza en que las pruebas que llevan a cabo con sus prototipos serán exitosas a partir de los resultados logrados hasta ahora.
A diferencias de otras aeronaves comerciales que son construidas con aluminio, Cirrus fabrica sus aviones utilizando capas de fibra de vidrio, “cocinadas” y ensambladas a altas temperaturas, por lo que tienen un menor peso y pueden volar mayores distancias con menos consumo de combustible.
Tener un fuselaje menos resistente a los impactos en situaciones de emergencia quizá justifique la incorporación del paracaídas, aunque King explicó que la razón fue solo para elevar el perfil de seguridad.
La versatilidad que les da su tamaño y su capacidad de desplazamiento los ha colocado entre los favoritos de su categoría, dominando ahora 35% de este mercado, aseguró King.
Al año la empresa produce entre 300 y 350 aviones monomotor de pistones con precios que oscilan entre 250 y 300 mil dólares, un tercio de los cuales tiene como destinos el mercado internacional, y de estos la mitad son adquiridos en América Latina.
En Latinoamérica King dijo que Brasil representa el mayor mercado internacional por ser destino final de más del 10 por ciento de su producción anual, en adición a otras naciones de la región como Colombia, Chile y México.
“La demanda de nuestros aviones en México es razonablemente alta”, dijo.
King indicó que en promedio cada año son vendidas diez aeronaves en México, cuyo precio representa una reducción superior a 30% respecto de las avionetas convencionales fabricadas a base de aluminio, según datos de mercado.
Señaló que la expectativa es que el nuevo jet, que también estará equipado con paracaídas, tenga la misma aceptación que su monomotor de pistones, aunque el precio hará que su mercado se reduzca a los más pudientes, aquellos que desembolsen dos millones de dólares sin problema.
Además de las innovaciones, otro aspecto que hará que potenciales compradores de jets privados de menor tamaño vuelvan la vista a Cirrus es el hecho de que por ahora esta empresa es el único fabricante de este tipo de aeronaves.
*Información de Notimex
